Cofradía de Jesús Crucificado Y del Stmo. Sacramento

Parroquia de San Lesmes Abad

HISTORIA

La Cofradía nace en la Parroquia de San Lesmes a los pocos años de que el paso de Jesús Crucificado fuera confiado a su custodia y veneración por parte de la Junta de Semana Santa y del Cabildo Catedral, en el año 1930. A partir de este momento se abre un compás de espera obligado por las circunstancias socio-políticas. Hacia 1941 comienzan los trámites y entrevistas de feligreses para constituir la Cofradía, que por fin tiene plena vigencia desde el mes de enero de 1942.

A partir de ese momento comienza a gestarse la elaboración del Estatuto que, después de unos pocos años de funcionamiento de la incipiente cofradía, se redacta de modo definitivo y es aprobado oficialmente el 21 de noviembre de 1945. Había sido aceptado previamente por todos los hermanos el 4 de febrero del mismo año. Lleva la firma del Arzobispo D. Luciano Pérez Platero, siendo canciller secretario, D. Buenaventura Díez y Díez, y párroco de San Lesmes, D. Félix Niño Palomino.

La Cofradía nace con el fin de promover el culto a Jesús Crucificado, a 10 largo de todo el año, en el templo parroquial y, de modo especial, en fechas y momentos tan concretos como: la Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, el Vía-Crucis público por las calles de la ciudad, la predicación de las Siete Palabras en la mañana del Viernes Santo, y otros actos extraordinarios en los que tenga especial incidencia el Cristo Crucificado.

La Cofradía tiene una segunda finalidad que es eco de épocas anteriores, en los que hubo un gran florecimiento, entre los católicos, de la devoción a la Sagrada Eucaristía. En esta parroquia, como en otras muchas, existió una Cofradía con el título del Santísimo Sacramento, que desapareció a impulso de las leyes desamortizadoras del siglo pasado.

No obstante, al renacer estas Cofradías piadosas de la Semana Santa recibieron la influencia de los tiempos pasados y algunas tomaron el testigo y añadieron, a sus fines devocionales de la Pasión del Señor, el culto a Jesús en la Eucaristía. Esta es la razón por la que esta Cofradía se hace presente en la celebración litúrgica del Jueves Santo, presidiendo, más tarde, la vela ante el Monumento. También, aunque más tímidamente, se ha hecho presente en la procesión solemne que realiza la parroquia anualmente con motivo de la Comunión Pascual de los enfermos.

En la trayectoria de la Cofradía, se pueden distinguir cinco etapas, que consignamos a continuación, indicando fechas y principales eventos:

1ª etapa: de nacimiento, asentamiento y auge. 1942-1952.

Durante estos 10 años se gesta la redacción y aprobación del primer Estatuto. Los hermanos, perfectamente catalogados, llegan a cincuenta de plena pertenencia y vinculación, más otros ocho sin medalla y siete cooperadores. Después de aprobado, se imprime el Estatuto.
En esta primera etapa, la Cofradía se responsabiliza de la organización de un Vía-Crucis en la Plaza Mayor y comienza a radiarse el ejercicio de las Siete Palabras.

Se confeccionan los primeros hábitos, que consisten en túnica blanca con botones rojos, cíngulo grana, capa granate con gola blanca, guantes blancos y capirote blanco con el escudo de la Cofradía en la delantera: una hostia blanca que lleva inscrita en rojo la Cruz. Todos los cofrades portan blandón blanco y medalla al cuello con cordón granate. La medalla reproduce el escudo de la Cofradía.

2ª etapa: de florecimiento y apogeo. 1952 - 1963.

En estos momentos se renueva la Junta Directiva, que introduce en la historia de la Cofradía nombres como: Antonio Camarero, Ramiro Pérez, Luis Navarro, Carmelo Urquiza, Tomás Rodríguez, Álvaro Manso, José García Antón, Leopoldo Valdivielso y Mariano Pérez. En 1963 llega a haber en lista ochenta y tres hermanos, entre los que aparecen también los de diez señoras con cuota.

Durante este tiempo se consolida la vida de la Cofradía y de todas aquellas actividades a las que contribuyen a dar solemnidad, pero quizá no se cuidó suficientemente el relevo para enfrentar momentos dificiles, que se iban a llegar, para la vida de ésta y de otras muchas cofradías devocionales.

3ª etapa: de decaimiento. 1964-1970. Desaparece como tal: 1971-1982.

Van muriendo los hermanos de más edad, que son los fundadores; no entran nuevos hermanos y se hace excesivo caso a vientos nuevos que hablan de la poca actualidad de las cofradías e instituciones semejantes. Algunos hermanos entregan a la parroquia sus hábitos, hasta diez de adultos y tres infantiles, con la sana intención de que puedan servir para el relevo, que no llegó. El hecho de que el templo de San Lesmes estuviera cerrado al culto, para su restauración, durante los años 1967 - 1969 pudo contribuir a cierto enfriamiento en la vida de la cofradía.

Hacia 1981 tiene lugar un cierto renacimiento provocado, sobre todo, por la añoranza de lo que fue y por la convicción de lo que podría ser si se trabajara un poco por revolver las cenizas. Es un tiempo de búsqueda de información, de consultas a personas que habían pertenecido, de recogida de datos, de papeles, hábitos y otros enseres. Colaboran en estos menesteres antiguos cofrades como: Álvaro Manso, Luis Carcedo, José Mª Manzanedo, Jerónimo García, Marcial Ortega, Luis Delgado, Daniel Riaño y Marcos Rico Santamaría.

En estos momentos tienen un protagonismo especial D. Gregorio Alameda, vicario parroquial, de San Lesmes que, contra viento y marea, suscitando la colaboración de los jóvenes, logra vestir a unos cuantos, con los hábitos recuperados, para acompañar al paso de Jesús Crucificado en la procesión del Santo Entierro. Este esfuerzo es el que va a cuajar en la reinstauración de la Cofradía.

4ª etapa: Renace y se remoza. 1983-1989.

Con el entusiasmo de D. José Luis López, también Vicario Parroquial, se alía el de otros quince jóvenes que, en enero de 1983, después de una llamada a toda la Parroquia, deciden revivir la cofradía. Tienen lugar varias reuniones. Todo lo que se hace se basa en el deseo de que la hermandad vuelva a su antiguo esplendor. Se coloca un lampadario a los pies de las imágenes del paso como fuente de ingresos. Esto despierta la devoción a Jesús Crucificado. Comienza la renovación de los hábitos, que llevan los jóvenes en la procesión. Nuevos faldones para el paso. Invitaciones a la feligresía. Participan ocho mujeres, veinte jóvenes y quince aspirantes.

5ª etapa: De maduración y consolidación. 1989.

Se aprueba el nuevo Estatuto, basado en el anterior, pero con el espíritu propio del Vaticano II. Se imprime el 4 de febrero de 1989. Comienza la banda de tambores y cornetas. Se renuevan totalmente los hábitos. Los hermanos son indistintamente hombres y mujeres.

ACTIVIDADES DE LA COFRADÍA

Como ya se ha señalado anteriormente, esta Hermandad tiene especial protagonismo en la organización de un Vía-Crucis el día de miércoles Santo, propicia el ejercicio de las Siete Palabras y participa en la procesión del Santo Entierro. También está presente, siquiera sea a través de una representación, en actos organizados por otras Cofradías o por la parroquia de San Lesmes.
La Cofradía colabora con Cáritas Diocesana de Burgos, a través de aportaciones mensuales con objeto de ayudar a la obra social de dicha organización.

Vía-Crucis del Miércoles Santo

La Cofradía se hizo cargo de su organización por primera vez el año 1948. El paso de Jesús Crucificado, acompañado por sus cofrades y devotos, era llevado hasta la Plaza Mayor, hasta colocado bajo el balcón principal del Ayuntamiento, desde donde el predicador de turno hacía las catorce estaciones. Éstas estaban señaladas por catorce cruces adornadas con hiedra. Al finalizar, la vuelta se hacía con la misma solemnidad y acompañamiento, invirtiendo el orden de calles: Plaza de Santo Domingo, calle Santander, plaza de Calvo Sotelo, la Puebla y plaza de San Juan.

En el año 1956 surgieron ciertas protestas por interpretar que la parroquia de San Lesmes invadía, a través de su Cofradía, el territorio parroquial de otra. La situación recordaba viejos pleitos planteados en otros tiempos por motivos semejantes.

Para evitar polémicas inútiles, los organizadores decidieron, en 1957, dejar el recorrido a la mitad y organizaron el Vía-Crucis en la plaza de Calvo Sotelo, inscrita dentro del territorio parroquia1 de San Lesmes. El paso era llevado hasta la fachada de la Casa del Cordón, desde cuyos balcones se dirigía el Via-Crucis en la misma forma que en años anteriores. La vuelta a la parroquia con el paso se hacía por la calle Santander y San Juan.

Coincidiendo con los momentos bajos de la Cofradía, el Via-Crucis termina por hacerse dentro de la Parroquia, con gran concurso de público, pero sin la vistosidad del realizado por las calles.

Hacia 1985 vuelve, nuevamente, a salir a la calle. Con una cierta modestia, se limita a la plaza de San Juan, moviendo el paso lentamente a cada una de las estaciones, mientras se leen desde el salón parroquial a través de la megafonía. La buena acogida, que los burgaleses le dispensan, anima a los organizadores a volver a un recorrido más largo. Nuevamente sale por el Arco de San Juan a la calle de la Puebla y plaza de Calvo Sotelo haciendo a la vuelta el mismo recorrido. Pasados dos o tres años se amplía el recorrido con vuelta por las calles de Santander y San Juan. Tanto en un caso como en otro las estaciones se hacen a 10 largo del trayecto, deteniendo la marcha del paso unos minutos. Los últimos años escolta al paso no sólo la Cofradía, sino también la banda de tambores y trompetas, con lo que se consigue una mayor notoriedad y ambiente tradicional de Semana Santa.

Ejercicio de las Siete Palabras.

Esta devoción popular se ajustaba al horario histórico del Calvario. Se prolongaba durante tres horas. En este lapso de tiempo, el predicador iba desgranando, lenta y pormenorizadamente, los sentimientos de Jesucristo en los momentos de su agonía. Desde el 1948, fecha de su primera celebración, eran transmitidas por Radio - Castilla. El paso de la Crucifixión era colocado en la nave central del templo para poner un buen telón de fondo a las consideraciones del predicador.

El paso del tiempo cambia las costumbres imponiendo, en este caso, un ritmo más acelerado a la vida. Desde 1976 comenzaron a durar solamente una hora, por imperativos de la emisora. Años más tarde, desde 1990, por semejantes razones, ya sólo se transmiten en diferido por la misma emisora.

Procesión del Santo Entierro.

El acto estelar en que participa la Cofradía con su paso, aunque no con el protagonismo de los anteriores, es la procesión del Santo Entierro. Su presencia ha sido ininterrumpida, a no ser por razones de fuerza mayor en los momentos de obras en el templo. En los años en que la Cofradía estuvo prácticamente desaparecida, nunca faltó gente de buena voluntad en la parroquia, que no consintió que a la manifestación del Viernes Santo le faltara un paso tan importante.

La Cofradía ha impulsado con fuerza su participación en estos últimos años. Ha mejorado la carroza, ha cuidado la decoración floral y una iluminación más generosa. Han sido renovados totalmente los hábitos de los hermanos, que en algunos años convivieron, en parte, con los heredados de la época fundaciona1. La banda de tambores y trompetas va por delante, anunciando el paso de la Crucifixión del Señor.

EL PASO DE JESÚS CRUCIFICADO

I. El grupo escultórico está compuesto por Jesús Crucificado en el momento de la expiración, con la cabeza inclinada hacia la derecha. En ese lado está la Virgen, en cuyo rostro se vislumbra el dolor de la madre al mirar a su hijo, que muere injustamente en la Cruz. Ella está en pie, escenificando lo que San Juan nos conserva en su Evangelio. En el lado opuesto aparece un joven, San Juan, con la mano derecha apoyada en la cruz y la izquierda extendida, acompañando la expresión del rostro, que esboza un interrogante.

El escultor barcelonés, Ildefonso Serra, siguiendo el gusto del Salzillo, del S. XVIII, plasmó, en el 1902, en madera tallada y policromada, el encargo recibido desde Burgos por parte de la Junta de Semana Santa, que estaba decidida a organizar una procesión del Viernes Santo digna de una ciudad como Burgos.

Esta Junta radicaba en la Catedral y se apoyaba en el patronazgo del Cabildo. En la adquisición del paso intervinieron dos generosos burgaleses: D. Vicente Alfonso Ortega y D. Andrés Martínez Zatorre. Ellos corrieron con los honorarios que se abonaron al artista.

II. El paso permaneció en la Catedral hasta el año 1930 en que pasó a la parroquia de San Lesmes. En un principio, fue colocado en la Capilla de los Raro. Primero, en un costado y, más tarde, desde 1942, en el centro, con la carroza incluida. Así, la capilla se convirtió en la del paso de Jesús Crucificado.

Los vientos que corrían en España por los años treinta fijaron el grupo escultórico en su lugar, sin salir a promover la devoción popular por las calles de la ciudad. Sólo lo visitaban sus devotos en ese recoleto lugar del templo parroquial.

Cuando, años más tarde, cambiaron las circunstancias, se hicieron posible las manifestaciones callejeras. En 1942 se hizo una carroza nueva para procesionarle y tres años más tarde surgió oficialmente la Cofradía para acompañarle y escoltarle.

En el mes de agosto de 1969, después de una restauración total del templo parroquial, este grupo escultórico fue ubicado en otro lugar del templo, en la cabecera del crucero de la nave derecha. El Cristo queda suspendido en la pared, sobre alcayatas con cabeza de concha, y las otras dos esculturas, sobre ménsulas de piedra de Hontoria, adosadas al muro. La carroza es objeto de pequeñas reformas y adaptaciones, hasta que es renovada totalmente en el año 1998.

Hasta aquí, la trayectoria de un paso de Semana Santa y de su correspondiente Cofradía. La revalorización de las manifestaciones de la piedad popular ha tenido mucho que ver en el renacimiento de la Semana Santa burgalesa. Esta Cofradía quiere contribuir a ello, afirmando a sus hermanos en el amor a Cristo Crucificado.

PASOS

Autor: Ildefonso Serra.
Fecha: 1902 - 1904.

Consta de tres imágenes: Cristo Crucificado, la Virgen y San Juan. Cristo Crucificado, en el momento de la expiración, con la cabeza ladeada hacia la derecha. En ese lado la Virgen, de pie, en cuyo rostro se muestra el dolor de la madre. Al otro lado, San Juan, aparece arrodillado y con la mano derecha apoyada en la Cruz.

Cofradía de Jesús Crucificado Y del Stmo. Sacramento
Cofradía de Jesús Crucificado Y del Stmo. Sacramento